martes, 5 de junio de 2007



"Mal de ojo", Poema-objeto, 2002. 13 X 6 X 2 Ctms.

Tal vez sea una ironía, o tal vez un estigma, pero no deja de ser curioso cómo un nombre, Franklin, arrastra a quien lo lleva a centrar su interés en la energía, y es que ya Benjamín, su predecesor, dedicó sus esfuerzos a crear un objeto, capaz de neutralizar una fuerza de la naturaleza cómo el rayo. Fernández sin embargo, ha centrado su trabajo en la creación de unos objetos que no buscan tanto neutralizar cómo canalizar una energía que se desborda en cada una de sus intervenciones. Están ahí el fulgor y el destello de una mirada que rebosa electricidad. Son objetos cargados de una inusitada fuerza poética, en las exposiciones deberían llevar una cartela cómo las que se colocan en las torres eléctricas que advierta al público "no tocar, peligro de muerte”.

Chema Madoz.